Si alguien nos atacara en forma directa, nuestra respuesta tiende a ser también directa. Si nos golpean, nos defendemos, o en todo caso huimos si estamos en inferioridad de condiciones. Pero cuando se produce un terremoto: ¿Cuál es la acción directa que podemos efectuar para terminar con el sismo? Ninguna, porque el origen del fenómeno está fuera de nuestro alcance.
Esto es lo que suele pasar con los problemas sociales, sentimos que no tenemos posibilidades de ejercer una acción directa que cambie el rumbo de las cosas. Pero a veces tendemos, casi por reflejo a ejercer alguna acción directa, a veces de modo catártico y hasta violento, pero casi siempre ineficaz.
Si estamos frente a un cajero de un banco y este nos quiere dar un billete falso, nuestra acción directa puede ser un escándalo ante el cuál finalmente se aclare la situación y resolvamos el problema. Pero si estamos frente a un cajero que nos efectúa un descuento no habitual en el pago de nuestro salario, porque tiene orden de la gerencia, y la gerencia a su vez recibió instrucciones de la casa matriz de efectuar ese descuento por resolución del Banco Central quien a su vez responde a una decisión económica tomada por el Ministerio de Hacienda a pedido del Fondo Monetario Internacional, que está presionado por los lobbies bancarios, etc., etc.,. entonces por más que tomemos de la solapa al pobre cajero, no vamos a poder resolver el problema y el descuento se nos hará aunque signifique un atropello; y mejor que soltemos rápido al cajero porque si no además nos meten presos.
Bueno, ese es un ejemplo de la burocratización en la violación de nuestros derechos y la consecuente ineficacia de la acción directa inmediata y aislada.
Podemos gritar e insultar para dejar sentado que no somos unos gallinas que se quedan callados, si, si, si... pero la platita igual se la quedó el banco.
Claro que también podemos presentar un recurso judicial, que nos costará más caro que el descuento que se nos hizo, y demorarán varios meses para finalmente decirnos que tenía razón el banco.
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